José Clará Piñol nació
en Torreblanca el 1 de octubre de 185. Cursó el bachillerato en el instituto de
la calle Mayor, que fuera convento de Santa Clara y posteriormente estudia en Valencia
Medicina y Cirugía, carrera que terminó a los 22 años, y abrió su consulta en
la calle de Caballeros, cerca del entonces hospital de Trullols, de la plaza de
las Aulas.
El 4 de enero de 1883
fue nombrado cirujano primero del Hospital. Y enseguida, médico forense. Su
prestigio se acrecentó cuando, además de la práctica de sus especialidades, se
volcó hacia los servicios hospitalarios de tipo general y atendió la
investigación y los trabajos de laboratorio que le convirtieron en pionero de la
medicina preventiva a través de la aplicación de vacunas. El hospital de
Trullols de Castellón gracias a él, fue referencia básica con motivo de la
epidemia del cólera que brotó en media Europa, con focos virulentos en la provincia de Castellón,
Trabajo Jaime Ferrán, responsable nacional
de operaciones sanitarias.
Las observaciones del
Doctor Clara fueron empleadas para la vacunación con gérmenes vivos, mejorando
las vacunas y abriendo campo en la vacunación preventiva. Y creó los servicios oficiales
de Higiene para atender a la infancia.
En 1898 ganó las
oposiciones para Inspector de Sanidad, asumió la dirección del Hospital y superviso
la construcción del nuevo complejo hospitalario, en la carretera de Alcora.
En el año 1918 a finales del verano se declaró
una epidemia fortísima de gripe a la que el pueblo denominó la ´cucaracha´. Los
focos se dispersaron por la provincia. El primero provocó gran número de
muertes por el Maestrazgo, en San Mateo, Catí, Xert, Morella y después
Salsadella, Alcalá y Torreblanca. Poco a poco se fue propagando también por
Eslida, Torás, Segorbe..., pero es que cada día llegaban a Castellón 30 ó 40
casos de enfermos graves que tenían que ser encamados en el Hospital Provincial,
afectando igualmente a los vecinos de la capital. Como Inspector Provincial de
Sanidad el doctor Clará dirigió las operaciones de atención a los enfermos,
visitó cada uno de los pueblos afectados y marcó la pauta a seguir a todo el
personal sanitario. El centro de mando lo tenía en el propio hospital, pero sus
viajes diarios a las zonas con mayor incidencia, auténticas odiseas, ayudaron a
forjar el carácter responsable y vigoroso. La violencia de la ´cucaracha´ asoló
a media España, pero enriqueció el concepto de sanidad civil con muchos
avances, especialmente en la necesidad de vacunaciones masivas, de las que fue
pionero José Clará.
Presidente honorario del
Colegio de Médicos, recibió la Gran Cruz de la Orden de Beneficencia, fue nombrado
Académico de la Historia y, Hijo Predilecto de Torreblanca. El 7 de junio de
1922 recibió fue nombrado Hijo Adoptivo de Castellón.
En la guerra civil,
aunque ya jubilado, fue respetado por ambos bandos contendientes y pudo seguir
con su gran labor sanitaria. Al final de sus días, ofreció sus servicios al
Ayuntamiento, del que acabó siendo concejal, que tenía la costumbre de comentaba
sus votaciones con frases de Horacio.
José Clará Piñol falleció el 11 de noviembre de 1946, cuando
era concejal del Ayuntamiento que presidía Benjamín Fabregat. Hubo capilla
ardiente en el salón plenario y al entierro asistió toda la Corporación bajo
mazas.
Se dice que su
entierro Puede que fuera el último gran entierro de la época, con caballos blancos,
plumajes, muchas coronas y cientos de personas en Santa María”.
El Ayuntamiento le dedico en agradecimiento, la " Avda Doctor Clara". Que comunica el centro de la ciudad con la carretera de Alcora, pasando por la fachada principal del hospital en el que fue director.
En 1922 fue nombrado Hijo Adoptivo de Castellón.
El Ayuntamiento le dedico en agradecimiento, la " Avda Doctor Clara". Que comunica el centro de la ciudad con la carretera de Alcora, pasando por la fachada principal del hospital en el que fue director.
En 1922 fue nombrado Hijo Adoptivo de Castellón.