Este blog, está dedicado a las gentes que han hecho
lo que hoy es la
Ciudad de Castellón de la Plana
Este blog, está dedicado a las gentes que han hecho
lo que hoy es la
Ciudad de Castellón de la Plana
En 1956, en la casa de sus abuelos ubicada en la calle Obispo Climent nº 19 de Castelló de la Plana, nació Ismael Bonet una persona cuya vida estaría profundamente influenciada por las raíces familiares, los desafíos profesionales y un firme compromiso con la cultura. Aunque su familia tenía sus orígenes en el Sitjar de Arriba, una pedanía de Onda, concretamente en la masía de Gaiatos, un evento crucial marcó el destino de su comunidad. En 1954, las tierras y hogares de su familia fueron expropiados para la construcción del pantano de Sichar, un hecho que dejó una huella imborrable en la historia familiar. Su abuelo, Ismael Bonet Bachero, desempeñó un papel fundamental durante este proceso, liderando como alcalde pedáneo y guiando a los vecinos en los complejos trámites de expropiación.
El inicio de su carrera profesional se remonta al 1 de septiembre de 1972, cuando, con solo 16 años, comenzó a trabajar en la Librería y Papelería Armengot mientras cursaba el bachillerato nocturno. Bajo la dirección de Juan Ribes, inició sus labores en la sección de papelería, pero pronto fue trasladado a la sección de librería gracias a la confianza y el apoyo de Salvador Bellés y Luis Díaz. Estas figuras no solo le brindaron oportunidades de crecimiento, sino que también dejaron una profunda huella en su vida profesional, por lo que siempre les estaría agradecido.
Su trayectoria en la Librería Armengot fue ascendente. En un momento dado, fue considerado para dirigir una distribuidora de libros de texto, pero la familia Armengot logró convencerlo de quedarse, ofreciéndole mejores condiciones laborales. Durante su tiempo en la empresa, asumió responsabilidades significativas, incluyendo el rol de enlace sindical. Sin embargo, su carrera en Armengot no estuvo exenta de desafíos. En 1992, tuvo que enfrentar uno de los momentos más difíciles de su vida profesional: negociar el cierre de la empresa debido a problemas económicos causados por un desvío de capital. Este episodio no solo marcó el fin de una etapa, sino que también puso a prueba su capacidad de liderazgo y resiliencia.
Tras el cierre de Armengot, dio un nuevo paso en su carrera al ser contratado para abrir la sección de librería en la Papelería Plácido Gómez. Lo que comenzó como un pequeño espacio dedicado a libros técnicos se transformó, bajo su dirección, en una librería destacada con una entrada independiente por la calle Alloza. Este proyecto no solo consolidó su reputación en el sector, sino que también reforzó la importancia de la librería en el panorama cultural de Castelló.
En 2002, llegó uno de los hitos más significativos de su trayectoria: la oportunidad de convertirse en socio fundador de la Librería Argot, ubicada en la calle San Vicente. Este proyecto representó la materialización de un sueño: una librería con un enfoque cultural integral. Argot no solo ofrecía libros, sino que también integraba una cafetería, una sala de presentaciones y un programa constante de eventos culturales. Este espacio se convirtió en un referente cultural en la ciudad, fomentando el diálogo y la difusión de la cultura en todas sus formas.
Además de su labor en Argot, su compromiso con el sector cultural y comercial lo llevó a asumir roles destacados en diversas instituciones. Fue presidente de la asociación de vendedores de prensa (Aquíprensa), miembro del pleno de la Cámara de Comercio y del Consejo de Comercio en el Ayuntamiento de Castelló. También colaboró activamente con Radio Castellón y el programa cultural de televisión "Quadern en Blanc", consolidando su presencia como una voz influyente en el ámbito cultural de la región.
Ismael, refleja como una vida marcada por la historia familiar, el esfuerzo, el crecimiento profesional y un profundo compromiso con la cultura. Desde los desafíos iniciales hasta la realización de sueños profesionales, su trayectoria es un testimonio de cómo la perseverancia y la pasión pueden transformar obstáculos en oportunidades y dejar un legado perdurable en la comunidad.
Historia de la familia Sábat, un linaje que dejó huella en Castellón
La familia Sabat es una estirpe que marcó profundamente la historia de Castellón. El primero en establecerse en la ciudad fue Juan Sábat Mascarós (1824-1906), quien llegó desde Igualada (Barcelona) y se asentó en la calle González Chermá (hoy calle Enmedio), donde fundó una casa de huéspedes conocida como «Fonda la Igualadina». Este establecimiento se encontraba en el lugar que, en 1921, pasó a albergar las oficinas de Correos y Telégrafos, anteriormente ubicadas en la calle Cervantes esquina Ausias March.
Los hijos de Juan nacieron en Castellón, donde participaron activamente en la vida política y cultural de la ciudad. Tanto él como sus tres hijos (Emilio, José y Luis) y uno de sus nietos (Evaristo) compartían un pensamiento religioso inconformista, lo que los llevó a optar por entierros civiles en el recinto destinado a personas «no pertenecientes al gremio de la Iglesia Católica». En contraste, su esposa, Dolores Suau, y sus hijas, Emerenciana y Carmen, fueron enterradas en el recinto católico, una práctica común entre familias de librepensadores, donde las mujeres solían asistir a la iglesia aunque sin confesarse. Carmen, casada con José Climent, tuvo dos hijas: Carmen y Josefa.
Emilio Sábat Suau (1869-1932), hijo mayor de Juan, estuvo casado con Carmen González Viciano. Fue dueño de una relojería en la calle Enmedio y trabajó durante 27 años como oficial de contabilidad en la corporación municipal, destacando por su impecable expediente. Además de ser miembro activo del partido Republicano, donde ocupó cargos directivos, Emilio participó en agrupaciones artísticas y musicales, inculcando en sus hijos –Juan, Emilio, Fernando y Evaristo– una pasión por la música.
Juan Sábat González, por ejemplo, estudió solfeo y piano en la Escuela Municipal de Barcelona y, junto con su hermano Evaristo, fundó en los años 30 la orquesta «The Melodic Boys», inspirada en el estilo de Glenn Miller. Además, fue pianista de la Coral Polifónica de Educación y Descanso y subdirector del Grupo de Danzas. También lideró la Compañía de Zarzuela «Peña Teatral», donde formó a numerosos actores y cantantes aficionados. Durante las Fiestas de Mayo, solían transportar un piano en una camioneta para realizar las rondas típicas por toda Castellón. En su honor, el 14 de noviembre de 1980 se le rindió un homenaje póstumo en el Teatro Principal de Castellón. Casado con Rosa Segarra, tuvo dos hijas: Carmen y Rosa María.
Su hermano, Evaristo Sábat González, era el primer violín de la orquesta Melodic. Estudió violín en el conservatorio de Castellón, alcanzando el 5º curso con sobresaliente. Lamentablemente, falleció en 1935, a los 26 años, sin haber podido completar sus estudios ni dejar descendencia.
Otro de los hermanos, Fernando Sábat González, fue técnico de radiodifusión en EAJ14 Radio Castellón, la primera emisora de la ciudad, inaugurada en 1933. Durante la Guerra Civil, conoció a la periodista venezolana Isabel Medina, con quien se casó en Venezuela, país donde falleció sin tener hijos.
Emilio Sábat González, por su parte, trabajó como contable en «Destilerías Vidal» y también estudió música, destacando en violín y violonchelo. Decidió emigrar a Caracas, donde se estableció definitivamente junto a su familia. Sus hijos, Emilio y Consuelo, continuaron su vida fuera de España.
José Sábat Suau (1872-1919), casado con Josefa González, tuvo dos hijos: Carmen y Felipe. Su hija, Carmen Sábat González, fue una destacada actriz de los años 20, conocida como "Carmencita". Comenzó en la compañía amateur «Linares Rivas» y se consolidó como profesional al sustituir a una actriz de la compañía «La Bové Torner» durante una gira. Se casó en 1927 con el actor Juan Sánchez. Su hermano, Felipe Sábat González, trabajó como oficial en la fábrica de Dávalos y fue padre del pintor Pepe Sábat Meliá, quien se casó con la soprano María Teresa Barrachina, aunque no tuvieron descendencia.
Luis Sábat Suau (1877-1937), casado con Carmen Vidal, tuvo dos hijas: Luisa y Amelia. Dibujante de profesión y sordomudo, Luis fue un defensor de los derechos de los niños con discapacidad auditiva. En 1934, solicitó a la Diputación Provincial la creación de una plaza de profesor de dibujo en la Casa Provincial de Beneficencia, un puesto que finalmente logró en 1935. Tras su fallecimiento, la Diputación Provincial asumió los gastos de su entierro y ofreció apoyo económico a su viuda.
Documentación: Periodico Levante 3-6-2018